miércoles, 11 de abril de 2012

5.- La Guerra Fría y la política de bloque


2.2. Las crisis internacionales: Berlín, Oriente Medio y Cuba

El Muro de Berlín

De 1951 a 1958 la República Democrática Alemana (RDA), la Alemania comunista, sufrió una verdadera hemorragia demográfica: más de dos millones de alemanes orientales huyeron a la Alemania Occidental. Las diferencias de nivel de vida y la falta de libertades provocaron este éxodo de población.

El 13 de agosto de 1961, ante los ojos atónitos de los berlineses, las autoridades de la RDA iniciaron la construcción de un muro infranqueable que rodearía todo el Berlín occidental. Lo que se denominó en Occidente, el "muro de la vergüenza" se convirtió en el gran símbolo de la guerra fría.

El muro de Berlín vino, sin embargo, a estabilizar la situación en la RDA, calmando las inquietudes soviéticas y suprimiendo uno de los mayores focos de tensión internacional. En adelante, Europa dejó de ser el principal escenario de la guerra fría.

La crisis de los misiles en Cuba

La toma del poder por Fidel Castro en 1959, tras derrocar la dictadura pro-americana de Batista, desencadenó una dura reacción en Washington. Una de las primeras acciones de Kennedy como presidente de EEUU fue el fallido intento de invasión de Bahía de Cochinos o Playa Girón.

Una revolución que, en principio, no era comunista, acabo alineándose con el bloque comunista. La agresividad norteamericana propició que el dictador cubano pidiera a la URSS el despliegue de misiles nucleares en su territorio.

Cuando los aviones espías norteamericanos detectaron las rampas de misiles, Kennedy reaccionó decretando el bloqueo de la isla y anunciando el 22 de octubre que la Armada norteamericana impediría el paso a cualquier nave soviética que se encaminara a la isla. El mundo aguantó la respiración ante la posibilidad de un incidente que llevara a la fatal escalada nuclear.

Finalmente, el 29 de octubre Jruschov cedió y dio orden de dar media vuelta a sus barcos. La URSS acordó retirar los misiles de Cuba a cambio del compromiso norteamericano de no invadir la isla y de la retirada de misiles similares que EEUU tenía desplegados en Turquía.

Oriente Medio: La crisis de Suez

La creación del Estado de Israel en 1948 desencadenó la primera guerra árabe-israelí. Este conflicto, que tras más de medio siglo, sigue sin solucionarse, vino a integrarse en la guerra fría a lo largo de los años cincuenta.

El líder egipcio Nasser nacionalizó el canal de Suez en 1956. Francia y Gran Bretaña, principales accionistas y beneficiarias del uso del canal, reaccionaron mandando tropas al canal. Israel, inquieta ante el activismo panarabista de Nasser, intervino en ayuda de las potencias europeas y ocupó la península egipcia del Sinaí.

Esta acción de las dos antiguas potencias coloniales encontró la reacción inmediata de las dos superpotencias. La URSS amenazó a los agresores con represalias atómicas. Los EEUU, temerosos de que el mundo árabe y todo el Tercer Mundo bascularan hacia el bloque soviético, presionó a París y Londres para que pararan su intervención.

La firme actitud norteamericana terminó por convencer a los líderes europeos para que ordenaran la retirada de sus tropas. La decadencia europea en el concierto mundial se hizo evidente.

La crisis de Suez trajo importantes consecuencias. El Reino Unido y Francia tomaron finalmente conciencia de que habían dejado de ser grandes potencias; Nasser se convirtió en el gran vencedor al transformar una derrota militar en una victoria política; y la URSS consiguió iniciar su influencia en el conflicto del Oriente Medio.

2.3. La ruptura chino-soviética

El triunfo en 1949 de la revolución comunista en China y el consiguiente paso al bloque comunista del país más poblado del mundo parecían anunciar una gran victoria para la URSS. En 1950 la firma del Tratado chino-soviético de amistad, alianza y mutua asistencia despertó gran ansiedad y preocupación en EEUU y el bloque occidental.

Sin embargo, bajo una fachada de amistad se desarrolló una áspera pugna basada en viejas rivalidades nacionales y en la búsqueda del liderazgo del mundo comunista.

Mientras Jruschov lanzaba su política de coexistencia pacífica, Mao Zedong mantuvo una posición desafiante contra el “imperialismo capitalista” de EEUU en el escenario internacional. Además, los chinos no aceptaron las críticas de Jruschov a Stalin y acusaron a las autoridades soviéticas de abandonar los principios revolucionarios comunistas.

El distanciamiento culminó en 1959 cuando la URSS denunció el Tratado militar secreto que unía a ambos países. En 1960 retiró a sus consejeros y técnicos de China.

En 1962, Moscú apoyó a la India en su conflicto fronterizo con China por el dominio de ciertas zonas del Tibet. Beijing (Pekín), por su parte, denunció la actitud soviética en la crisis de los misiles en Cub, acusando a Moscú de haberse rendido ante el imperialismo americano. La ruptura de los dos colosos comunistas se había consumado.

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