miércoles, 26 de septiembre de 2007

GEOGRAFIA FISICA II


Las formas de la Tierra

El relieve es la configuración topográfica de la superficie terrestre, en la que existen diferencias de altura, pendientes y volúmenes.
¿Te has dado cuenta de que la superficie de la Tierra no es plana, sino que es muy irregular y accidentada? Gracias a la Geomorfología, que es la ciencia que estudia las formas de la superficie terrestre y su evolución, iremos mostrándote cómo se llaman estas desigualdades de la superficie y qué factores inciden en su modelamiento y formación.
El relieve
Es la configuración topográfica de la superficie terrestre, en la que existen diferencias de altura, pendientes y volúmenes. Existen tres grupos de formas del relieve:
Las de primer orden, que son los continentes y las cuencas oceánicas; las de segundo orden, que se refieren a los relieves menores que forman tanto las cuencas oceánicas (fosas abisales, por ejemplo) como las continentales (cadenas montañosas como la Cordillera de los Andes) y las de tercer orden, que son detalles en el relieve de segundo orden, producto de la erosión y sedimentación de los diferentes agentes de modelado (mesetas o llanuras).
El relieve no se mantiene siempre igual, porque mientras se forma por procesos internos, es alterado por fuerzas que actúan desde afuera. Estas fuerzas externas son: el viento, el agua, las olas, los glaciares, las aguas de infiltración, la gravedad y los cambios de temperatura.

Construyendo el relieve

Poderosas fuerzas que provienen del interior de la Tierra son las que provocan los desplazamientos de ascenso y descenso que van formando el relieve. Estas fuerzas son el diastrofismo y el volcanismo.

El diastrofismo es vital, pues sin él nuestro planeta estaría cubierto por el mar. Esta fuerza, que puede ser vertical o lateral, origina movimientos casi imperceptibles, llamados epirogénicos, que pueden formar continentes, pero también puede causar plegamientos, fallas y violentos terremotos, caso en que se denominan orogénicos.

Actualmente, la teoría de la tectónica de placas (ver infografía), formulada por Tuzo Wilson a mediados del siglo XX, ha provocado toda una revolución en el conocimiento y evolución del planeta Tierra.

Los plegamientos resultan de la presión lateral que ejercen las fuerzas tectónicas y aparecen en rocas sedimentarias que son lo suficientemente elásticas como para doblarse. Pero si las rocas tienen escasa plasticidad, las fuerzas tectónicas las fracturan, y el plano de la ruptura se conoce como falla. Esto provoca una parte elevada y una hundida.

¡Terremoto!

Los terremotos infunden miedo porque son movimientos violentos de la corteza terrestre que, por lo general, causan severas transformaciones en el relieve, como grietas y desprendimientos del terreno; y si se producen en el océano pueden generar grandes olas que se denominan tsunamis –nombre japonés del maremoto–, que arrasan enormes zonas en las costas.
Las causas de los terremotos son dos fenómenos: el volcanismo y la actividad tectónica.
En cuanto a su expresión, los terremotos suceden en forma de sacudidas. La principal puede durar desde segundos hasta dos minutos. Si después hay pequeñas sacudidas, se habla de réplicas.

El lugar en el interior de la Tierra donde se origina el terremoto se llama hipocentro, y el que se ubica encima de él, en la superficie terrestre, epicentro. Desde este último se forman las ondas sísmicas superficiales causantes de las mayores catástrofes.
Seguramente, has escuchado hablar de sismo y terremoto como sinónimos; pero en realidad el sismo es solo un movimiento de tierra provocado por el acomodamiento de las rocas de la litosfera (corteza terrestre). Cuando el sismo sacude con gran intensidad la Tierra se denomina terremoto. Los sismos se miden en dos escalas: de Mercalli, que mide sus efectos, y la de Richter, que registra la energía que libera.

Lanzando fuego

Los volcanes son aberturas en la superficie terrestre a través de las cuales se expulsa materia incandescente, gases y cenizas. Estos elementos provenientes del interior de la Tierra, se acumulan y forman un relieve, generalmente de forma cónica.

En las entrañas de la Tierra también existen rocas fundidas que se encuentran a altas temperaturas y presiones, llamadas magma. En su ascenso, el magma, en estado líquido, funde las rocas de la litosfera, llegando a la superficie y ocasionando una erupción volcánica. El magma sube a través de una chimenea, cuya parte superior se llama cráter. Aunque por lo general la erupción de un volcán puede provocar movimientos sísmicos, estos son más localizados y menos fuertes que los de origen tectónico.

Modelamiento

En el proceso de modelado del relieve interviene la meteorización y la erosión de las rocas. La diferencia entre ambas es que por la acción de la primera (tanto física como química) las rocas solo se desintegran y descomponen; mientras que la erosión, además de desmenuzarlas, las transporta y deposita.

Sin embargo, en la erosión no solo actúan elementos naturales. El hombre, al intervenir el paisaje natural, también erosiona, sobre todo cuando deforesta amplias zonas de vegetación o construye en lugares inapropiados.

Los materiales acarreados por los cursos fluviales se depositan en las zonas bajas de la superficie terrestre o sobre la plataforma continental o insular. Esta es la etapa que se conoce como sedimentación.

La meteorización, erosión, el transporte y la sedimentación, son realizados por los agentes del modelado. Estos son los ríos, las olas, los vientos y los glaciares, que crean otras formas de relieve. Cuando los fragmentos rocosos llegan al mar, se acumulan como sedimentos en capas llamadas estratos. Como puedes ver, en el proceso de modelado el clima tiene una gran importancia.
Relieve superficial
Los procesos externos, relacionados con el clima y la fuerza de gravedad, dan paso a las formas superficiales del relieve. Las más conocidas son las montañas, las mesetas, las colinas y las llanuras.

Las montañas son las formas del relieve de mayor elevación, con una altura superior a los 1.000 metros sobre el nivel del mar, por lo general con laderas escarpadas.

En las mesetas el relieve es llano y elevado. Pueden tener valles estrechos y profundos que originan grandes desniveles. Las mesetas también se llaman altiplanicies o altiplanos, cuando se encuentran a gran altura sobre el nivel del mar.

Las colinas son semejantes a las montañas, pero las diferencias de nivel son menos marcadas. El relieve quebrado predomina sobre el llano, pero las formas son más pequeñas o redondeadas.
Las llanuras poseen un relieve casi horizontal, con alteraciones muy leves. La mayoría se encuentra a poca altura sobre el nivel del mar.
Las placas tectónicas: Son secciones rígidas de la litosfera que se mueven como una unidad sobre el material de la astenosfera.
Luego de investigaciones en las cordilleras oceánicas y retomando las ideas del científico alemán Alfred Wegener, apareció la teoría de la tectónica de placas. Esta sostiene que la parte superior de la Tierra (litosfera) está formada por bloques denominados placas, y pueden ser continentales u oceánicas. Las placas se mueven entre sí sobre una capa de rocas más blanda y viscosa (astenosfera), por efecto de corrientes de convección que se originan en el interior de la Tierra.
Debido a que las corrientes en la astenosfera poseen diferentes características, la forma de interacción entre placas varía, dependiendo del tipo de corteza en sus límites y de su movimiento. De acuerdo a lo anterior, se generan los siguientes fenómenos:
Separación o zonas de abducción: el material magmático sale y se extiende sobre el fondo marino, donde se enfría y solidifica. Se forma un nuevo suelo en ambas direcciones, lo que provoca que las placas se alejen de las dorsales.
Acercamiento o zonas de subducción: ocurre cuando una placa se hunde debajo de otra. La placa que se sumerge se transforma hasta fundirse en el interior de la Tierra. Son áreas de intensa actividad volcánica y sísmica.
Desplazamientos laterales: se produce un movimiento relativo entre dos placas con rozamiento en la falla. Estas pueden situarse tanto en la litosfera oceánica como en la continental. Un ejemplo de este tipo es la falla de San Andrés, que separa la placa de Norteamérica de la del Pacífico. El roce que se produce entre las placas provocan actividad sísmica.
El relieve:Son las diferencias de altura, pendiente, volumen y forma de la superficie terrestre.
Corresponde a la configuración que adquiere la superficie terrestre, en la que están presentes las diferencias de altura, pendiente, volumen y muy especialmente la forma de ella. El proceso permanente de construcción y destrucción del relieve terrestre a lo largo de millones de años se denomina ciclo geológico.
Las formas resultantes que muestra el relieve de la superficie terrestre pueden agruparse en tres grupos: de primer orden, de segundo orden y de tercer orden.
Las de primer orden son los continentes y las cuencas oceánicas. Las de segundo orden están constituidas por aquellos relieves menores que se encuentran formando tanto las cuencas oceánicas (borde de los continentes, fondo de las cuencas oceánicas, dorsales o cordilleras marinas y fosas abisales), y las continentales (mesetas, llanuras, planicies, cuencas, alineaciones montañosas, tales como los Apalaches, los Urales, la Cordillera de los Andes y los Himalaya). Las de tercer orden son los rasgos de menor magnitud, es decir, detalles en el relieve de segundo orden, los cuales son producto de la acción de erosión y sedimentación de los distintos agentes del modelado (valles glaciares y fluviales, cuencas, mesetas, llanuras sedimentarias, aluviales, glaciares y costeras).
Las formas del relieve
El relieve terrestre que podemos observar viene a ser la consecuencia de una serie de modificaciones que afectan continuamente la superficie de la litósfera (corteza terrestre).
La estructura de una región depende de cómo se dispongan las rocas en la litósfera como consecuencia de la acción de las fuerzas internas o endógenas del diastrofismo o tectonismo y el vulcanismo. Es así como esta estructura puede ser horizontal, formada por rocas sedimentarias, o bien deberse a pliegues o fallas, que son fenómenos de origen interno. En resumen, el relieve no se mantiene siempre igual porque mientras se va formando por procesos internos, es modificado por fuerzas que actúan desde el exterior. Las fuerzas externas son el viento, el agua, las olas, los glaciares, las aguas de infiltración, la gravedad y los cambios de temperatura. Los efectos de estos factores en su conjunto reciben el nombre de modelado, al que nos referiremos más adelante.
Formas superficiales del relieve: Las más conocidas son las montañas, las mesetas, las colinas y las llanuras.
Los procesos internos de la Tierra se han encargado de crear las grandes formas del relieve terrestre, como los continentes, los sistemas montañosos o las depresiones oceánicas. Los procesos externos, relacionados con el clima y la fuerza de gravedad, nivelan este relieve y van dando paso a lo que podemos conocer como formas superficiales del relieve. Las más conocidas son las montañas, las mesetas, las colinas y las llanuras.
Las montañas son las formas del relieve de mayor elevación, con un tamaño establecido superior a los 1.000 metros sobre el nivel del mar. Sus laderas pueden ser abruptas o moderadas. El paisaje montañoso se caracteriza por los cambios significativos en el nivel del relieve.
En las mesetas el relieve se presenta llano y elevado. Es posible encontrar en este tipo de relieve valles estrechos y profundos que originan grandes desniveles. Las mesetas también se denominan altiplanicies o altiplanos.
Las colinas son parecidas a las montañas, pero las diferencias de nivel son menos marcadas. El relieve quebrado predomina sobre el llano, pero las formas son más pequeñas o redondeadas.
Las llanuras poseen un relieve casi horizontal, con irregularidades muy ligeras. La mayoría de estas formas de relieve se encuentran a poca altura sobre el nivel del mar. Hay llanuras creadas por los depósitos de los ríos, denominadas llanuras aluviales; otras son fondos de lo que fueron mares y lagos, y las terceras son las penillanuras, provocadas por agentes erosivos.
Los plegamientos y las fallas: Dependiendo de la forma en que se produzca el desplazamiento de los bloques fracturados, las fallas pueden ser normales, escalonadas, horizontales e invertidas.
Si las fuerzas diastróficas ejercen una presión lateral, se originan los plegamientos, que ocurren en zonas de rocas sedimentarias que poseen la suficiente plasticidad como para doblarse.
En los plegamientos es posible observar estratos deprimidos, que se sienten hacia la parte media y reciben el nombre de sinclinales.
Las fallas
Cuando las rocas tienen escasa plasticidad, al verse afectadas por las fuerzas diastróficas en vez de presentar plegamientos van a fracturarse. Es por esta razón que hay áreas donde se presentan fracturas de nivel debido a fuerzas diastróficas verticales, que en geografía se conocen como fallas. Esto provoca una parte elevada y una parte hundida. El plano de ruptura se denomina falla y el valor de desnivelación es el salto de falla.
Dependiendo de la forma en que se produzca el desplazamiento de los bloques fracturados, las fallas pueden ser normales, escalonadas, horizontales e invertidas. Si hay un bloque estrecho elevado entre dos fallas normales, el fenómeno se llama horst o pilar. Si se trata de un bloque estrecho hundido entre dos fallas normales se denomina graben o fosa.
Los agentes del modelado: El proceso del modelado del relieve incluye tres procesos geológicos: meteorización, transporte y sedimentación.
La denudación (proceso de degradación de la superficie terrestre) contempla dos fenómenos: la meteorización y la erosión. La principal diferencia entre ambos radica en que la meteorización solo desintegra y descompone las rocas; mientras que la erosión, además de desmenuzarlas, las transporta y las deposita.
Los materiales transportados se depositan en las áreas bajas de la superficie terrestre, o sobre la plataforma continental o insular. Esta etapa se conoce como sedimentación.
La meteorización, la erosión, el transporte (acarreo de materiales) y la sedimentación son efectuadas por los agentes del modelado, que son los ríos, las olas, los vientos y los glaciares.
Meteorización
El proceso de desintegración física y química de los materiales sólidos de la superficie de la Tierra bajo la acción de los agentes atmosféricos se denomina meteorización.
Existen dos tipos de meteorización: la mecánica o física, y la química. Mediante la acción física se desintegran los pedazos de roca en fragmentos cada vez más pequeños; mientras que por la acción química se descomponen los complejos minerales que forman las rocas. Los principales agentes mecánicos de la meteorización son los cambios de temperatura, la congelación y descongelación del agua, los cristales de sal y las raíces de las plantas. Estos agentes inciden más fuertemente en aquellos lugares de clima seco y en las altas montañas, donde las condiciones de temperaturas son extremas.
Se conoce como exfoliación al proceso por el cual las rocas van perdiendo sus capas exteriores por efecto de los cambios de temperatura.
Por otra parte, en las regiones donde la temperatura baja a menos de cero grados, el agua contenida en las grietas se congela, y como su volumen aumenta, la presión ejercida sobre las rocas es muy grande y termina desintegrándolas.
En zonas donde el viento es fuerte, el transporte de partículas de rocas y arena corroe la superficie de las rocas.
En cuanto a la meteorización química, ésta se desarrolla por acción del agua, los gases presentes en ella, las plantas y los animales. Estos agentes se potencian en climas húmedos, donde inciden, por ejemplo, hidratando las rocas y liberando ácidos que actúan químicamente en estas estructuras.
La erosión y la sedimentación
La erosión es el desgaste del relieve y se produce cuando el agua, el hielo o el viento arrastran la tierra o la roca meteorizada. La roca blanda es más susceptible de ser fragmentada y llevada luego por acción de la gravedad, que la roca dura.
Los agentes erosivos como el agua y el viento actúan mayormente cuando las condiciones del terreno son favorables, es decir, en regiones que registran un alto porcentaje de humedad o por el contrario donde son muy secas. Pero no solo los factores naturales pueden aumentar el riesgo erosivo, el hombre al intervenir el paisaje natural, también tiene mucha responsabilidad al respecto, especialmente cuando se deforestan amplias zonas de vegetación o se construye en lugares inapropiados.
El agua, el viento y el hielo transportan los fragmentos rocosos que acaban por depositarse sobre la superficie terrestre, con lo que se van creando otras formas de relieve, o bien llegan al mar y se acumulan como sedimentos en capas llamados estratos.
A pesar de lo negativo que puedan parecerte los procesos de meteorización y erosión, la verdad es que su incidencia en el relieve es importantísima, por cuanto hacen posible la conformación del manto rocoso llamado regolito, y además crean nuevas formas de relieve.

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