Como todo proceso histórico, existen diversas posturas sobre los hechos y contexto político de la época. A continuación revisaremos algunas de ellas que pertenecen a historiadores destacados.
Texto nº1: Bando nº5 de la Junta Militar de Gobierno
“Teniendo presente:
1.- que el gobierno de Allende ha incurrido en grave ilegitimidad, demostrada al quebrantar los derechos fundamentales de la libertad de expresión, libertad de enseñanza, derecho de huelga, derecho de petición, derecho de propiedad, y derecho en general, a una gira y segura subsistencia; 2.- que el mismo gobierno ha quebrado la unidad nacional fomentando artificialmente una lucha de clases estéril y en muchos casos cruenta, perdiendo el valioso aporte que todo chileno podría hacer en busca del bien de la patria y llevando a lucha fratricida y ciega, tras las ideas extrañas a nuestra idiosincrasia, falsas y probablemente fracasadas;
4.- que además el gobierno se ha colocado al margen de la constitución en múltiples oportunidades usando arbitrios dudosos e interpretaciones torcidas e intencionadas, o en forma flagrante en otras, las que por distintos motivos han quedado sin sanción; (..)
(..) las Fuerzas Armadas han asumido el deber moral que la patria les impone de destituir al gobierno que aunque inicialmente legítimo ha caído en la ilegitimidad flagrante, asumiendo el poder por el solo lapso en que las circunstancias lo exijan, apoyado en la evidencia del sentir de la gran mayoría nacional, lo cual de por sí, ante Dios y ante la historia, hace justo su actuar y por ende, las resoluciones, normas e instrucciones que se dicten para la consecución de la tarea del bien común y de alto interés patriótico que se dispone cumplir.
En consecuencia, de la legitimidad de estas normas se colige so obligatoriedad para la ciudadanía, las que beberán se acatadas y cumplidas por todo el país y especialmente por las autoridades.
Firmado, Junta de Gobierno de las Fuerzas Armadas y Carabineros de Chile”.
Fuente: Bando nº5 de la Junta Militar de Gobierno, Santiago, 11 de septiembre de 1973.
Texto nº2: Declaración del comité permanente del episcopado
“1.- Consta al país que los Obispos hicimos cuanto estuvo de nuestra parte porque se mantuviera Chile dentro de la Constitución y de la ley y se evitara cualquier desenlace violento como lo que ha tenido nuestra crisis institucional. Desenlace que los miembros de la Junta de Gobierno han sido los primeros en lamentar.
2.- Nos duele inmensamente y nos oprime la sangre que ha enrojecido nuestras calles, nuestras poblaciones y nuestras fábricas –sangre de civiles y sangre de soldados- y las lágrimas de tantas mujeres y niños.
Pedimos respeto por los caídos en la lucha y en primer lugar por el que fue hasta el martes 11 de septiembre, presidente de la República.
3.- Perdimos moderación frente a los vencidos. Que no haya innecesarias represalias. Que se tome en cuenta el sincero idealismo que inspiró a muchos de los que hoy has sido derrotado. Que se acabe el odio, que vuelva la hora de la reconciliación.
4.- Confiamos en que los adelantos logrados en gobiernos anteriores por la clase obrera y campesina, no volverán atrás y por el contrario, se mantendrán y acrecentarán hasta llegar a la plena igualdad y participación de todos en la vida nacional.
5.- Confiando en el patriotismo y el desinterés que han expresado los que han asumido la difícil tarea de restaurar el orden institucional y la vida económica del país, tan gravemente alterados, pedimos a los chilenos que dadas las actuales circunstancias, cooperen a llevar a cabo esta tarea y sobre todo con humildad y con fervor, pedimos a Dios que los ayude.
6.- La cordura y el patriotismo de los chilenos, unidos a la tradición de la democracia y humanismo de nuestras Fuerzas Armadas permitirán que Chile pueda volver muy luego a la normalidad institucional, como lo han prometido los mismos integrantes de la Junta de Gobierno y reiniciar su camino de progreso en la Paz
El comité permanente
Cardenal Raúl Silva Henríquez, Presidente”.
Fuente: Declaración del comité permanente del episcopado sobre la situación del país, Santiago, 13 de Septiembre de 1973.
Texto nº3: Último discurso de Salvador Allende
“..Ante estos hechos sólo me cabe decirles a los trabajadores: yo no voy a renunciar. Colocado en un tránsito histórico, pagaré con mi vida la lealtad del pueblo y les digo que tengo la certeza de que la semilla que hemos entregado a la conciencia digna de miles y miles de chilenos, no podrá ser segada definitivamente.
Tienen la fuerza, podrán avasallarnos, pero no se detienen los procesos sociales con el crimen ni con la fuerza. La historia es nuestra y la hacen los pueblos.
Trabajadores de mi patria: quiero agradecerles la lealtad que siempre tuvieron, la confianza que depositaron en un hombre que sólo fue un intérprete de grandes anhelos de justicia, que empeñó su palabra en que respetaría la Constitución y la ley, así lo hizo. En este momento definitivo, el último en que puedo dirigirme a ustedes, quiero que aprovechen la lección: el capital foráneo, el imperialismo, unidos a la reacción, crearon el clima para que las fuerzas armadas rompieran su tradición, la que les enseñara el general Schneider y reafirmara el comandante Araya, víctima del mismo sector que hoy estará en sus casas esperando, con mano ajena, reconquistar el poder para seguir defendiendo sus granjerías y sus privilegios.
Me dirijo a ustedes, sobre todo a la modesta mujer de nuestra tierra, a la campesina que creyó en nosotros, a la madre que supo de nuestra preocupación por los niños.
Me dirijo a los profesionales de la patria, a los profesionales patriotas que siguieron trabajando contra la sedición auspiciada por los colegios profesionales, colegios clasistas que defendieron también las ventajas de una sociedad capitalista.
Me dirijo a la juventud, a aquellos que cantaron y entregaron su alegría y su espíritu de lucha. Me dirijo al hombre de Chile, al obrero, al campesino, al intelectual, a aquellos que serán perseguidos, porque en nuestros país el fascismo ya tiene muchas horas presente: en los atentados terroristas, volando los puentes, cortando las vías férreas, destruyendo los oleoductos y los gasoductos, frente al silencio de quienes tenían la obligación de proceder. Estaban comprometidos. La historia los juzgará.
Seguramente Radio Magallanes será acallada y el metal tranquilo de mi voz ya no llegará a ustedes. No importa. La seguirán oyendo. Siempre estaré junto a ustedes: por lo menos mi recuerdo será el de un hombre digno que fue leal a la patria(..)
Trabajadores de mi patria, tengan fe en Chile y en su destino. Superarán otros hombres este momento gris y amargo en que la tradición pretende imponerse. Sigan ustedes sabiendo que, mucho más temprano que tarde, de nuevo se abrirán las grandes alamedas por donde pase el hombre libre, para construir una sociedad mejor.
¡Viva Chile! ¡Viva el pueblo! ¡Vivan los trabajadores!”
Fuente: Fragmento del último discurso de Salvador Allende, Santiago, 11 de septiembre de 1973.
Actividades: Responde las siguientes preguntas en base a los tres documentos históricos.
1.- ¿A quienes están dirigidos los tres documentos presentados? ¿Por qué consideran que se escogieron a estos destinatarios? (6 ptos)
2.- Desde la perspectiva de Allende ¿Quiénes son los culpables de la situación política a la que se ha llegado? ¿De qué se les acusa? (4 ptos)
3.- En la lectura de algunos pasajes Allende, trata de transmitir una esperanza a sus partidarios ¿Cuál es la promesa que anuncia? (4 ptos)
4.- Si revisamos las tres posiciones: ¿Te parecen irreconciliables? ¿Consideran que había otra alternativa para resolver el conflicto? (6 ptos)
5.- A continuación se les presenta un cuadro que los orientara en la tarea de poder situarse en la posición de los distintos actores del ’73. (10 ptos)
Fuerzas Armadas Iglesia Católica Salvador Allende
Fuerzas Armadas
Iglesia Católica
Salvador Allende
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