Poblamiento americano
Supuestamente, el hombre americano no es originario del continente. Por lo mismo existen diversas teorías respecto de cómo se pobló nuestro territorio. La más aceptada es la de la migración asiática que se produce desde Siberia hacia Alaska, a través del estrecho de Bering. Este estrecho, que separa a los dos continentes, es aproximadamente de 90 kilómetros y de poca profundidad, situación que permite que, durante las glaciaciones del Pleistoceno, las aguas del océano se congelen y el nivel del mar descienda hasta dejar un corredor o puente que une el noreste de Asia, con el norte de América. Este fenómeno sucede durante la última glaciación conocida como "de Wisconsin". El puente de Beringia habría posibilitado el desplazamiento de los primeros grupos de cazadores. A pesar de que no existe un consenso respecto de la fecha, lo más probable es que ocurriera alrededor del 12.000 a. C. Posteriormente los hielos se descongelan, cubriendo de agua nuevamente el corredor y dejando a estos grupos asiáticos sin camino de regreso. Dada las bajas temperaturas y lo inhóspito del territorio, los nuevos habitantes habrían ido paulatinamente desplazándose hacia el sur y poblando el resto del continente. En la Patagonia se han encontrado restos humanos que datan del 10.000 a. C.
Existen además otras teorías, complementarias a la ya enunciada, que se basan en las diferencias étnicas y culturales de los aborígenes americanos, y en algunas semejanzas de estos, con otras culturas, como por ejemplo las polinésicas y melanésicas, provenientes de Oceanía. Sin embargo, si los contactos con las islas polinésicas ocurrieron, lo más probable es que hayan sido contactos esporádicos, vía marítima, por el Pacífico. pero en épocas más tardías, cuando otros grupos humanos ya se encontraban en el continente.
También se ha planteado la posibilidad de movimientos migratorios provenientes de Australia, hacia América, a través del litoral antártico. Favorecidos por los cambios climáticos, grupos humanos se habrían movilizado en dirección este- oeste, alrededor del 6.000 a 2.000 a. C. Pero al igual que la teoría anterior, se piensa que de haber existido estas migraciones, los nuevos habitantes sólo se habrían fusionado a los ya existentes, es decir, no habrían sido los primeros.
La mayor parte de estas interpretaciones provienen de los hallazgos hechos por arqueólogos y antropólogos. Todo vestigio material, desde puntas de flechas utensilios domésticos o rituales y arte rupestre, hasta restos óseos, han ayudado a fundamentar estas hipótesis sobre el origen del hombre en América. Pero, por ahora aún es difícil establecer certeramente cómo y cuándo ocurrieron estos acontecimientos.
Desarrollo de los pueblos precolombinos
Situándose temporalmente desde el 50.000 a 40.000 a. C hasta la llegada de los colonizadores europeos en 1492, este extenso período ha sido trabajado fundamentalmente por geólogos, arqueólogos y antropólogos. El poblamiento americano se lleva a cabo a través de bandas de cazadores provenientes del norte de Asia, quienes cruzan el estrecho de Bering. Las migraciones son posibles producto de un fenómeno climático llamado glaciación, que hace aumentar las masas de hielo y bajar el nivel del mar, dejando un corredor por donde pasan los grupos. Estos ingresan al continente americano y se movilizan y reproducen lentamente, calculándose que llegan a habitar la Patagonia alrededor del 10.000 años atrás.
Al arribo de los españoles, se estima que la población indígena en el continente, fluctúa entre 5 a 20 millones de personas, las cuales pertenecen a diversos grupos culturales. En ese entonces, América se caracteriza por una heterogeneidad en prácticamente todos los aspectos, desde la localización geográfica de sus habitantes, hasta la lengua y los grados de complejidad en la organización social, política, económica. Así, es posible distinguir grupos nómades de cazadores, pescadores y recolectores, pero también sociedades más organizadas que llegan a constituirse como verdaderos Estados. las principales culturas americanas precolombinas, mayas, aztecas e incas, se desarrollan en lo que hoy serían México y Perú. Todas ellas cuentan con una refinada red administrativa que les permite mantener el control de su población, territorio y recursos, lo que trae consigo una sociedad altamente jerarquizada y especializada. Otro factor que las caracteriza es el despliegue de sofisticadas técnicas agrícolas, siendo el maíz uno de los principales cultivos. La ciudad se presenta como el eje central del intercambio comercial y el poder político y religioso, a pesar de las grandes extensiones de tierras que logran concentrar y que ha llevado a estas sociedades a ser caracterizadas como imperios.
Según variados estudios arqueológicos, los habitantes más antiguos que ocupan lo que hoy constituye el territorio nacional, se remontan a fechas anteriores a 9.000 a. C, período denominado Paleoindio. De esta época se han encontrado vestigios de cuatro enclaves arqueológicos que corresponden a: Quereo, en la región de Coquimbo; Tagua Tagua, en la región del Libertador Bernardo O'Higgins; Monte Verde, en la región de Los Lagos; y Cueva Fell, en la región de Magallanes y la Antartica Chilena. Desde el 9.000 a. C hasta el 1.500 AC, aproximadamente, se ubica el periodo conocido como Arcaico. Los vestigios culturales más emblemáticos de esta época corresponden a la tradición Chinchorro, ubicada en la costa norte del país, donde se han encontrado momias que dan cuenta de sus costumbres religiosas. También se han rastreado importantes vestigios de arte rupestre que datan del 2400 a de C, en cuevas como las de Guañure y Puxuma, en la zona cordillerana de la primera región. El último período que distinguen los arqueólogos es el agro- alfarero, que va desde el 1500 a. C. hasta 1470 d. C, y los grupos culturales más conocidos corresponden a los diaguitas y atacameños, asentados al norte del territor
Supuestamente, el hombre americano no es originario del continente. Por lo mismo existen diversas teorías respecto de cómo se pobló nuestro territorio. La más aceptada es la de la migración asiática que se produce desde Siberia hacia Alaska, a través del estrecho de Bering. Este estrecho, que separa a los dos continentes, es aproximadamente de 90 kilómetros y de poca profundidad, situación que permite que, durante las glaciaciones del Pleistoceno, las aguas del océano se congelen y el nivel del mar descienda hasta dejar un corredor o puente que une el noreste de Asia, con el norte de América. Este fenómeno sucede durante la última glaciación conocida como "de Wisconsin". El puente de Beringia habría posibilitado el desplazamiento de los primeros grupos de cazadores. A pesar de que no existe un consenso respecto de la fecha, lo más probable es que ocurriera alrededor del 12.000 a. C. Posteriormente los hielos se descongelan, cubriendo de agua nuevamente el corredor y dejando a estos grupos asiáticos sin camino de regreso. Dada las bajas temperaturas y lo inhóspito del territorio, los nuevos habitantes habrían ido paulatinamente desplazándose hacia el sur y poblando el resto del continente. En la Patagonia se han encontrado restos humanos que datan del 10.000 a. C.
Existen además otras teorías, complementarias a la ya enunciada, que se basan en las diferencias étnicas y culturales de los aborígenes americanos, y en algunas semejanzas de estos, con otras culturas, como por ejemplo las polinésicas y melanésicas, provenientes de Oceanía. Sin embargo, si los contactos con las islas polinésicas ocurrieron, lo más probable es que hayan sido contactos esporádicos, vía marítima, por el Pacífico. pero en épocas más tardías, cuando otros grupos humanos ya se encontraban en el continente.
También se ha planteado la posibilidad de movimientos migratorios provenientes de Australia, hacia América, a través del litoral antártico. Favorecidos por los cambios climáticos, grupos humanos se habrían movilizado en dirección este- oeste, alrededor del 6.000 a 2.000 a. C. Pero al igual que la teoría anterior, se piensa que de haber existido estas migraciones, los nuevos habitantes sólo se habrían fusionado a los ya existentes, es decir, no habrían sido los primeros.
La mayor parte de estas interpretaciones provienen de los hallazgos hechos por arqueólogos y antropólogos. Todo vestigio material, desde puntas de flechas utensilios domésticos o rituales y arte rupestre, hasta restos óseos, han ayudado a fundamentar estas hipótesis sobre el origen del hombre en América. Pero, por ahora aún es difícil establecer certeramente cómo y cuándo ocurrieron estos acontecimientos.
Desarrollo de los pueblos precolombinos
Situándose temporalmente desde el 50.000 a 40.000 a. C hasta la llegada de los colonizadores europeos en 1492, este extenso período ha sido trabajado fundamentalmente por geólogos, arqueólogos y antropólogos. El poblamiento americano se lleva a cabo a través de bandas de cazadores provenientes del norte de Asia, quienes cruzan el estrecho de Bering. Las migraciones son posibles producto de un fenómeno climático llamado glaciación, que hace aumentar las masas de hielo y bajar el nivel del mar, dejando un corredor por donde pasan los grupos. Estos ingresan al continente americano y se movilizan y reproducen lentamente, calculándose que llegan a habitar la Patagonia alrededor del 10.000 años atrás.
Al arribo de los españoles, se estima que la población indígena en el continente, fluctúa entre 5 a 20 millones de personas, las cuales pertenecen a diversos grupos culturales. En ese entonces, América se caracteriza por una heterogeneidad en prácticamente todos los aspectos, desde la localización geográfica de sus habitantes, hasta la lengua y los grados de complejidad en la organización social, política, económica. Así, es posible distinguir grupos nómades de cazadores, pescadores y recolectores, pero también sociedades más organizadas que llegan a constituirse como verdaderos Estados. las principales culturas americanas precolombinas, mayas, aztecas e incas, se desarrollan en lo que hoy serían México y Perú. Todas ellas cuentan con una refinada red administrativa que les permite mantener el control de su población, territorio y recursos, lo que trae consigo una sociedad altamente jerarquizada y especializada. Otro factor que las caracteriza es el despliegue de sofisticadas técnicas agrícolas, siendo el maíz uno de los principales cultivos. La ciudad se presenta como el eje central del intercambio comercial y el poder político y religioso, a pesar de las grandes extensiones de tierras que logran concentrar y que ha llevado a estas sociedades a ser caracterizadas como imperios.
Según variados estudios arqueológicos, los habitantes más antiguos que ocupan lo que hoy constituye el territorio nacional, se remontan a fechas anteriores a 9.000 a. C, período denominado Paleoindio. De esta época se han encontrado vestigios de cuatro enclaves arqueológicos que corresponden a: Quereo, en la región de Coquimbo; Tagua Tagua, en la región del Libertador Bernardo O'Higgins; Monte Verde, en la región de Los Lagos; y Cueva Fell, en la región de Magallanes y la Antartica Chilena. Desde el 9.000 a. C hasta el 1.500 AC, aproximadamente, se ubica el periodo conocido como Arcaico. Los vestigios culturales más emblemáticos de esta época corresponden a la tradición Chinchorro, ubicada en la costa norte del país, donde se han encontrado momias que dan cuenta de sus costumbres religiosas. También se han rastreado importantes vestigios de arte rupestre que datan del 2400 a de C, en cuevas como las de Guañure y Puxuma, en la zona cordillerana de la primera región. El último período que distinguen los arqueólogos es el agro- alfarero, que va desde el 1500 a. C. hasta 1470 d. C, y los grupos culturales más conocidos corresponden a los diaguitas y atacameños, asentados al norte del territor
Las culturas precolombinas chilenas que encuentran los españoles a su llegada son básicamente de dos tipos. Por una parte aquéllas que se organizan en bandas consanguíneas nómades y seminómades, cuyo sustento depende de la caza y la recolección especializada, localizándose tanto en las planicies litorales, como en la cordillera de Los Andes. Y por otra pueblos sedentarios, que se asientan mayoritariamente en la depresión intermedia de la zona norte y central del país. Esta diversidad cultural se explica fundamentalmente por la extensión del territorio, y por la variedad climática y morfológica que influencia las formas de vida de los distintos grupos humanos.
Desarrollo de las principales culturas americanas precolombinas
Desarrollo de las principales culturas americanas precolombinas
A partir del 600 al 700 d. C. se desarrollan en América una diversidad de culturas las cuales se destacan por su refinamiento y complejidad. las culturas maya, azteca e inca se ubican en las zonas geográficas de Mesoamérica y Los Andes centrales.Los mayas se asientan en lo que hoy corresponde a México, Guatemala, Honduras y Salvador, diferenciándose tres zonas características: la primera corresponde a la península de Yucatán, de clima seco y sin muchas fuentes de extracción de agua, donde se localizan ciudades como Uxmal, Kabah, Mayapán y Chichén Itzá, entre otras. La segunda, la zona central, cuenta con un clima subtropical, con un paisaje selvático y de grandes ríos. Allí se instalan Bonampak, Palenque, Yachilán, Tikal y Piedras Negras. En la tercera, la zona sur, geográficamente montañosa, predomina un clima variado que va desde tropical a templado y frío. Cada una de estas zonas representa también, distintos períodos de la historia maya. Durante el llamado "viejo imperio", que transcurre entre los siglos IV y X d. C, se produce la época de mayor esplendor. A través de los vestigios arqueológicos se ha podido establecer la intensa creación de ciudades, pirámides y templos asociados a la consolidación de las creencias religiosas. En ellas se han encontrado sofisticados jeroglíficos, cerámicas policromadas, estatuas, pinturas y tejidos que dan cuenta de la prospera cultura maya. Se cree que alrededor del siglo X se produce un abandono de la zona central, posiblemente por el aumento de la población y el agotamiento de las tierras agrícolas, instalándose un enclave en la península de Yucatán, desde donde se da comienzo a una segunda fase conocida como el "nuevo imperio" que perdura hasta el siglo XVI. En este período, la migración hacia el norte, lleva a los mayas a fundirse con pueblos de origen tolteca y con otro grupo denominado itzáes. Paulatinamente la cohesión se va rompiendo y hacia 1500 la desintegración del imperio en pequeños grupos es irreversible, lo que sin duda facilita el sometimiento a los invasores europeos.Al arribo de los españoles, los aztecas dominan completamente lo que hoy correspondería al territorio mexicano, formando una unidad lingüística y religiosa con todos los pueblos que habían sido sometidos luego su llegada, en el siglo XIII. Se presume que en esa fecha grupos nómades provenientes del norte se habrían asentado en la zona central de México, logrando imponerse sobre el resto. La ciudad más conocida a la fecha es Tenochtitlán, la capital del imperio azteca que se extiende geométricamente en una serie de islotes conectados por diques. El centro, un recinto sagrado formado por pirámides y palacios es habitado por las clases más altas y los sacerdotes. La religión cumple un rol fundamental en su organización, basada al igual que la maya en la divinización de la naturaleza. Su producción artística se caracteriza por ser severa y rigurosa, asociada a temas como la guerra, la muerte y los sacrificios. Uno de los aspectos destacados es la decoración con plumas, especialmente en las vestimentas. Con la llegada de Hernán Cortés, la ciudad es destruida y el imperio azteca dominado por los españoles, desapareciendo la unidad cultural que lo caracterizaba.Los incas se desarrollan como pueblo en Sudamérica, y al igual que los aztecas se convierten en imperio a partir de la sujeción de los pueblos vecinos. Se ubican en la región de Los Andes centrales, extendiéndose hacia la costa del océano Pacífico. La ciudad de Cusco es la capital del imperio. Desde allí, este pueblo logra dominar, a través del comercio y la guerra, zonas que hoy corresponden a Colombia, Ecuador, Perú, Argentina, Bolivia y Chile. Tahuantinsuyo es el nombre que los incas le otorgan a su imperio, lo que en lengua quechua significa "cuatro regiones unidas entre si", dando cuenta de la división administrativa y de su organización política. Para mantener el control de los súbditos, se construyen muchos caminos que conectan las distintas ciudades. De esta manera los pueblos sometidos pagan sus tributos, que generalmente son en trabajo, sistema conocido como la mita y que posteriormente lo adoptarían los españoles. Practican la agricultura utilizando el sistema de terrazas de cultivo y los canales de regadío para aprovechar las aguas fluviales. En el momento en que los españoles llegan al territorio, los incas se encuentran sumidos en conflicto interno producto de la muerte de Huayna Capác, quien al no dejar un heredero provoca una guerra civil liderada entre sus dos hijos, Atahualpa y Huáscar, ambos aspirantes al trono. Si bien Atahualpa logra vencer a su hermano, el imperio se debilita, lo que permite a Francisco Pizarro tomar el control rápidamente.
Desarrollo de las principales culturas chilenas precolombinas
Los pueblos que habitan en lo que hoy es el territorio chileno eran muy diversos. Para hablar de ellos se los suele clasificar con dos criterios, uno de acuerdo al tipo de actividades y otro dependiendo de la zona geográfica en que se localizan.En relación al primer criterio, es posible dividirlos en dos grandes ramas, nómades y sedentarios. Entre los primeros se encuentran las bandas canoeras integradas por los changos, chonos, alacalufes y yaganes; y las bandas pedestres como los chiquillanes, pehuenches, pehuelches, poyas, tehuelches y onas. Estos grupos se organizan en bandas familiares de cazadores y recolectores especializados. Las canoeras se localizan en las planicies costeras, mientras que las pedestres, en la cordillera de Los Andes. Entre los sedentarios, se encuentran tanto pueblos agricultores incipientes como los picunches, mapuches y huilliches, y otros más avanzados, como los aymaras, atacameños y diaguitas. Estos grupos se ubican preferentemente en la depresión intermedia y practican la agricultura y la alfarería.Desde un punto de vista geográfico, podemos dividirlos en aquellos que habitaron la zona norte, centro y sur. A pesar de que en la zona norte predomina el clima desértico, que dificulta la vida humana, se asientan allí varios grupos culturales, sometidos a la influencia del imperio incásico. Los changos, pueblo de pescadores que vive en el litoral norte, se organizan en bandas y al ir creciendo en número se dividen formando una nueva, y así sucesivamente. Con sus embarcaciones de madera o cuero, se dedican a buscar y a seguir los bancos de peces y moluscos. Los pueblos atacameños, se localizan en lo que hoy es la región de Antofagasta. Se dedican a la producción agrícola de maíz y papa, y al pastoreo de alpacas y llamas, posibilitada por el agua de los ríos Loa, Grande y Salado. Independientemente de las adversas condiciones climáticas, logran construir terrazas de cultivos y sistemas artificiales de regadío. Los kollas, ubicados en el sector cordillerano de las provincias de Chañaral y Copiapó, se abocan principalmente al pastoreo y en menor medida a la agricultura. Como la mayoría de los pueblos nortinos le rinden culto a la Pachamama o "madre tierra", actividad que en la actualidad se manifiesta de manera conjunta con algunas fiestas y ritos católicos. La cultura molle y los diaguitas se localizan en el Norte Chico, entre el valle del Huasco y en la zona de Coquimbo. Son pueblos de pastores y agricultores que alcanzan un gran desarrollo en la producción alfarera y de utensilios para moler semillas.El pueblo más importante se localiza en la zona central. Son los mapuches o "gente de la tierra". Sin embargo bajo este nombre se han aglutinado distintos grupos humanos. Los pikunches, como su nombre lo indica viven más al norte al interior de la zona central, aproximadamente entre los ríos Choapa y el Cachapoal. Los mapuches propiamente tal, se localizan al sur entre los ríos Itata y Toltén. Posteriormente los españoles los obligan a retroceder hacia el sur del río Biobío, siendo uno de los pueblos que más se resiste al proceso de conquista y colonización. Organizados en grupos familiares, no cuentan con una unidad política. Cada núcleo se asocia a otro de acuerdo a sus necesidades. Los williches o "gente del sur", también hablan mapudungun, lengua asociada al pueblo mapuche, y habitan al sur del río Toltén y hasta el seno de Reloncaví. Los pehuenches o "gente de los pehuenes", se localizan al interior de la actual región de la Araucanía, en el sector cordillerano.En la zona sur se ubican diversos pueblos, en su mayoría nómades canoeros y pedestres. Los selk´nam u onas, habitan las costas del estrecho de Magallanes en la Tierra del Fuego y subsisten de la caza y recolección de especies silvestres. Sus vecinos los yaganes, ocupan la región del canal Beagle e islas adyacentes, dedicándose a la pesca y caza de mamíferos marinos. Los tehuelches del sur, se sitúan al norte del estrecho de Magallanes, extendiéndose desde la cordillera de Los Andes hasta el océano Atlántico. Como grupos nómadas se dedican a la cacería y la recolección de frutos silvestres, al igual que los alacalufes. Desde la isla de Chiloé hacia el sur encontramos a los chonos, que igualmente utilizan los recursos marinos como principal sustento.
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